Pregunta: ¿Qué significa creer en la grandeza del Creador? ¿Se cree en un instrumento como el instrumento que usan los científicos para un experimento siguiendo los consejos de otro científico?
La sabiduría de la Cabalá solo habla de dos fuerzas: la recepción y otorgamiento, es decir el deseo y la Luz (su llenado). Es más, el llenado también moldea al deseo y cambia su forma como estudiamos en las cuatro fases de la Luz Directa.
¿Por qué una de las fuerzas es llamada Luz y no placer? Debido a que la Luz influye en las fases según las cuales se desarrolla la vasija, y no siempre se siente como placer. Pero todo lo hace la Luz. Por lo tanto, no hay tal término como “creer”.
¿Qué significa que creo en algo? ¿Se refiere a algo que no entiendo, que es insípido y que yo no siento? No. Nosotros siempre hablamos desde la perspectiva de la vasija (el deseo), desde la perspectiva de lo que se siente.
Lo más importante es sentir la grandeza de la fuerza que me ha creado y que me maneja, sintiendo que es buena y que otorga. A esta sensación la llamamos creer.
Nosotros también le llamamos creer a los atributos de otorgamiento y amor, puesto que al sentir la fuerza que me ha creado, siento los atributos de otorgamiento y amor dentro de mí. De lo contrario no sería capaz de sentir esta fuerza, dado que la siento solo en la medida en que estoy en igualdad de forma; en la medida en que tengo un cierto atributo, yo siento este atributo como si fuera externo a mí, aunque no existe tal cosa como externo a mí y siempre lo siento todo dentro de mí.
Tenemos que entender que lo que sentimos es porque somos idénticos a esa sensación y realmente estamos hechos de ese atributo. ¡En general, nos sentimos a nosotros mismos! La pregunta es cómo podemos cambiarnos a nosotros mismos para comenzar a sentirnos diferentes, para sentir que somos espirituales.
Creer en la grandeza del Creador significa sentir la superioridad y la grandeza de la fuerza que ha creado todas las cosas y que lo llena todo.
Dr. Michael Laitman
"Creer significa sentir"...
ResponderEliminarTremendo, porque el hombre no es nunca feliz, aún creyendo. No nos conocemos. No sabemos lo que es frío ni la estrella. Únicamente sabemos de ese contacto que para la piel es el frío. O de esa mirada que para el ojo es la estrella.
Ya extrañaba este tipo de lecturas...Gracias, Mariana.