miércoles, 16 de noviembre de 2011

Un cambio de verdad




Nos estamos dando cuenta de que desde el mismo escenario y visión del que esta crisis que vivimos fue creada: la política, no está habiendo soluciones.

Y todo está conectado a la política, que a su vez, sólo obedece a los grandes grupos económicos cuya ilimitada avidez de poder deteriora el cuerpo y el alma de la sociedad que ya no puede seguir soportando el peso de la desventaja de este sistema salvaje de libre mercado.

Por todo el mundo, la gente está saliendo a protestar a las calles, unos de manera pacífica y otros muy violentamente; pero todos, indistintamente, sin más bandera que la del cabreo. Y me temo, que eso es todo. Exigiendo mejoras, exigiendo cambios haciendo llamados a la autoridad correspondiente. Pero hay algo que no estamos atendiendo, y es que a la vista de la situación general, el principal llamado es a nuestra propia responsabilidad en esta crisis irreparable en la que estamos envueltos todos. Y ese llamado es urgente.

Ya está claro que a lo largo de la historia, ni la religión, ni la filosofía, ni la política, ni la ciencia han dado las soluciones para hacer del planeta y del ser humano -ya no digamos una totalidad armónica de existencia- un mundo de mínimo bienestar dentro de principios humanos básicos. Y ya no lo harán, está a a la vista que sus líderes perdieron rumbo y visibilidad. Entonces, no es sólo a ellos a quienes tenemos que emplazar a que nos resuelvan la vida, sino que también tenemos que dirigirnos a nosotros mismos. El cambio debe partir desde cada uno de nosotros, empezando por preocuparnos más los unos de los otros. Parece ñoño, ingenuo; pero es tremendamente real y básico; eso es lo único que no hemos hecho nunca y sin embargo, es lo único que funciona. Yo existo porque tú existes. Yo estoy bien si tú estás bien. Intentar romper los moldes, las caretas, los miedos, y buscar en nosotros mismos el respeto, la consideración, la justicia... el amor que nos hará definitavemente una sociedad mejor. Eso es un real motivo para unirnos y planificar. Acordar salir a la calle a protestar, a gritar nuestras frustraciones, a rogar demandas a egos inconscientes que devuelven entre palabras necias, desprecio y demagogia, no cambia nada, sólo nos vamos en acciones y reacciones, nunca una respuesta que conduzca al cambio esperado. Y más allá de la valentía y razones que se pueda tener para enfrentar a un gobierno, importa más un verdadero cambio desde dentro, tanto desde el grupo en general como de cada uno en particular.

Por lo que urge ese cambio desde nosotros mismos. Con éste, el cambio político, económico y humano en general, estará servido.

Lo otro, lo que hemos venido haciendo desde siempre, no es más que una destructiva batalla de egos.

Mariana Thamar

1 comentario:

  1. Yo cada día estoy más convencida de que esta crisis estuvo orquestada desde el principio por las corporaciones y multinacionales que controlan el poder económico en el mundo. Y Europa se está convirtiendo en la cuna de esta nueva Economía del futuro, totalmente de espaldas al clamor del mundo, que aboga por una alternativa a este capitalismo salvaje y deshumanizado que ha llevado al mundo a sus peores miserias, prácticas y espirituales. Los economistas comienzan a acaparar puestos de poder (Grecia, Italia) con el fin de "salvar" a sus países de la quiebra, pero en realidad no son más que peones de la guerra silenciosa que se está batallando desde hace tiempo en relaciòn al agua, la producciòn alimenticia y los bienes de cultivo... Un plan maquiavélico resultado del imperio del Ego por encima del bien común y la hermandad entre los seres humanos que pueblan la Tierra...

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