sábado, 26 de mayo de 2012

Nuevos deseos en vez de los antiguos

Opinión (Alexander Timofeev, de Gidepark.ru): “Hoy en día pienso ocasionalmente con nostalgia en la época soviética, pero no por el régimen represivo y la escasez perpetua, sino por la confianza en el futuro, por la plenitud del alma, y la amabilidad de la gente que ya existió en aquellos años. Es por eso que yo, un optimista envejecido que vive en una época de cambios, quiero avanzar en el pasado, para que llegue el tiempo en el que podamos ser tan alegres y amables como en los años 80, mientras que al mismo tiempo, seamos libres, estemos bien alimentado y bien vestidos, como en los tiempos modernos. Tal vez esto es una utopía, pero es en aras de esto que quiero vivir”.
Dr. Laitman: Toda la bondad y la plenitud pueden organizarse sólo después de haber razonado y hecho consciente nuestra unificación, lo cual exige algo que no estaba presente antes en cualquier intento de crear una sociedad anti egoísta (contraria a la natural):
1.-La presencia de egoísmo plenamente desarrollado y la conciencia de éste como portador de la destrucción de toda nuestra civilización, la condición de la naturaleza, y


2.- La revelación de la educación integral como medio para cambiar al hombre y la sociedad desde el egoísmo hasta el altruismo por medio de la propiedad de la naturaleza (Ohr Makif) y no a través de la violencia.

Cuanto antes revelemos esta oportunidad para nosotros mismos y para los demás, más reduciremos el sufrimiento y aceleraremos la creación de una humanidad integral única. Esto está programado en nuestro desarrollo como nuestro próximo paso, pero cómo llegar a él, ya sea involuntariamente, a través del sufrimiento o por medio de la aspiración consciente; esta es nuestra elección, nuestro libre
albedrío.

2 comentarios:

  1. Es triste pensar que el estado de bienestar conlleva una mayor radicalización del ego y de la insolidaridad en tantas personas, sin percibir que ese bienestar no se nos ha dado para encerrarnos y aislarnos en él sino como una forma de abrirnos al mundo y de unificarnos a quienes nos rodean. El bienestar de todos debe ser un acto de amor que nos hermane, que nos permita luchar porque ese estado de bienestar llegue a todos sin excepción... Sólo ese amor y ese deseo de bienestar del otro es la llave hacia la plenitud espiritual y la felicidad...

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  2. Nuestras almas están en ruinas, pero es la ciudad la que se desmorona. Ya no destinguimos entre el suelo y el techo. Revoloteamos por las habitaciones preocupados tan solo de nuestro domicilio. Sin querer saber lo que pasa de un piso al otro, arriba o abajo, nos desmenuzamos. Giramos sobre nosotros mismos, cegados. Ahogados con gas de ego.

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