sábado, 22 de octubre de 2011

El fin de la resistencia


Es necesario que haya una conexión entre las personas, como en una familia, en la que el amor mutuo, los niños, y los bienes se unan y se conserven. Se trata de una conexión instintiva basada en el temor de que puedo enfermar y necesitar ayuda y apoyo. Mis hijos demandan algo de mí, aprovechándose de mi amor natural por ellos, y tengo que ocuparme de ellos.

La misma conexión instintiva existe en una nación. Por supuesto que es mucho más débil que en la unidad familiar, pero todavía existe y es mantenida por una mutua dependencia, el miedo, la necesidad de apoyo, una sensación de seguridad, cuidado, y demás ya que todos vivimos en un mundo egoísta.

Todavía somos capaces de coexistir y de alguna manera estamos de acuerdo en cuanto a nuestros problemas comunes, deseos y metas dentro de los límites de una nación. Entendemos que debemos estar conectados, ya que de alguna manera lo acordamos dentro de nuestro país, ya que hay muchos enemigos en el exterior.

Pero es mucho más difícil para las diferentes naciones y países llegar a un acuerdo. Esto generalmente se conoce como una unión temporal, donde cada lado encuentra algo para su propio beneficio, y una vez que se tiene éxito en conseguir lo que se quiere, se deja caer el resto. Y esto es considerado normal en la política internacional.

Curiosamente, una nueva condición especial se está desarrollando hoy en día: La ruptura de la familia, y una multitud de partidos políticos, movimientos aparecen en una nación. Ellos se contradicen entre sí, están dispuestos a destruirse unos a otros, y tienen más problemas unos con otros que con la gente de otras naciones. Nos encontramos tan conectados con personas que están fuera de nosotros: en otros países, naciones, continentes y civilizaciones que simplemente debemos encontrar una forma de cooperación mutua.

(Dr. Michael Laitman)

1 comentario:

  1. La materia ( la vida ) persiste, no puede nacer o perecer. Lo mismo ocurre con nuestras almas, que tienen en el tiempo la posibilidad de su experiencia en el espacio. Es a eso a lo que llamamos individuo.
    Somos expresiones de vida, generales y necesarias, del conocer.
    La cooperación se dará entonces como con las diferentes formas de un caleidoscopio donde cada agitación, cada anhelo, es una imagen que se resuelve siempre en su rasgo esencial. En su propia substancia.
    Y es que los granos, serán siempre los mismos.

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